¿Porqué leer cuentos, leyendas o
historias antiguas, fantásticas o mitológicas?
Porque desarrollan nuestra imaginación
y creatividad.
Porque son una obra de arte colectiva y
un tesoro de verdades populares pensadas, adornadas y mejoradas por muchas
personas y pueblos en todo el mundo y a través de los siglos.
Porque nos transmiten valores; nos sanan, ayudándonos a enfrentar nuestros problemas y miedos.
Porque nos hablan de los temas más profundos y nos enseñan las grandes verdades de la vida.
Porque nos colman de esperanzas y alegrías.
Porque nos conectan con el mundo y con cada uno de
nosotros mismos en lo más profundo de nuestros corazones.
Porque nos devuelven la inocencia.
Y finalmente, porque ser como niños y hacerse
niños, es una de las puertas que Dios nos mostró para entrar en la verdadera
felicidad (Mc. 10, 13-16).